Si escuchas la palabra caramelo y extrañamente no piensas en dulces ni golosinas, sino en el juego del Candy Crush, no te asustes, está diagnosticado. Es lo que tienen las modas, van y vienen pero en su transcurso se vuelven en algo adictivo.
No cabe duda que este juego cuenta con un éxito rotundo, como en su momento lo consiguieron los Angry Birds: nos entretienen en el tren, el sofá, la playa, alguna terraza y (se comenta y rumorea) que hasta en el trabajo. Cualquier sitio es perfecto para pasarse algún nivel pero, ojo, en un momento dado se puede convertir en una obsesión.
[one_half boxed=”true”] Leía el mes pasado un artículo donde la Fajer (Federación Andaluza de Jugadores Rehabilitados) afirmaba que es un incentivo brutal hacia la ludopatía virtual y llega a acarrear problemas físicos, como dolores de espalda o falta de atención en las labores cotidianas. A ver, por quitar ‘hierro al asunto’, con tantas horas invertidas mirando a la pantalla más miope te puedes volver. Quizás hasta el dedo índice o pulgar se te atrofie de tanto usarlo pero con la atención que pones, para pasarte cada nivel, dudo que merme tu capacidad de atención en otras tareas. [/one_half]Por retomar el hilo, este juego que nació como otros tantos más en el seno de Facebook para ordenador, ha tenido su explosión en los dispositivos móviles. La app ha conseguido en un año más de 500 millones de descargas, el doble de las que alcanzó Angry Birds en el mismo tiempo. Las búsquedas sobre trucos y niveles no han parado de subir como la espuma. El 70% de las búsquedas están relacionadas con cómo pasarse los 455 niveles. Incluso hay datos de los niveles más complicados: el 130 y 70 aumentaron, respectivamente, un 225% y un 137% las búsquedas sobre cómo pasarlo.
En el plano publicitario, aunque está app tiene un gran éxito gracias al boca a boca, no deja de buscar nuevos usuarios. Realiza una combinación de medios y formatos que van desde el display en móvil en sites o aplicaciones, con banners o interstitials, hasta formatos nativos de las redes sociales, como el Facebook App Install, o medios convencionales. Al igual que Line, WeChat o Blink tuvieron sus segundos de gloria en Tv con spots publicitarios. El último, saliendo estos días, da a conocer la oferta de boosters gratis durante un periodo determinado.
Mientras mes a mes esta app sigue cosechando éxitos, sus desarrolladores afirman que no admiten publicidad y su salida a bolsa se retrasa en pro de demostrar que no son una moda. King, la empresa desarrolladora, viene para quedarse y darnos horas y horas de entretenimiento. Para ello ya tienen en recámara más juegos tan o más adictivos que Candy Crush.
¿Será verdad que una app puede morir de éxito?
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